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Los SUV reinan en el mercado actual (¿quién se atreve a cuestionarlos?), pero no todos los todocaminos logran cuajar. ¿Qué cualidades básicas marcan la diferencia entre un superventas y un fiasco?

La industria de la automoción no navega por aguas calmadas. El éxito o no de los todocaminos no es ajeno a estas tendencias. Son muchos los retos a los que se enfrentan los fabricantes: la evolución hacia la electrificación, contar con la suficiente pericia industrial para alcanzar a las necesidades actuales de movilidad o lidiar con los «caprichos» de una situación económica comprometida.

Vemos que se dan cita innumerables factores económicos y tecnológicos. Los fabricantes con una división de I+D más potente se demuestran mejor preparados para atravesar las diversas tormentas. Esta realidad industrial general está teniendo hoy consecuencias directas en los concesionarios. Modelos como el Hyundai TUCSON nos muestran el camino que ha de recorrer un todocamino para acertar con su apuesta.

El fabricante coreano ha sabido conjugar en su gama SUV algunas de las características más preciadas por los conductores. No en vano, se trata del coche más vendido en España. En datos de ANFAC, ya van más de 20.425 unidades del TUCSON matriculadas en lo que va de año. Detengámonos un momento para tratar de entenderlo. ¿Qué tiene este SUV para convencer así?

1) Equipamiento de serie: la (nada fácil) conquista de la exclusividad

Pantalla TUCSON

Quizá no sea el punto favorito de los más apasionados por la verdadera esencia del mundo del motor. Ahora bien, resulta indudable que para un número mayúsculo de conductores esto resulta muy valioso. En especial, para las familias que buscan versatilidad y comodidad en los vehículos.

La oferta de equipamiento es uno de los puntos en los que más variedad se puede encontrar entre vehículos. A medio camino entre la personalidad del coche y sus prestaciones reales, por lo general, los fabricantes pelean sin descanso por dotar hoy a sus todocaminos de una imagen de exclusividad única. Todos aspiran a lo premium, pero a la hora de la verdad, no tantos modelos consiguen compensar las prestaciones que ofrecen de serie, con la facilidad de acceso a ellas.

Hablamos, en concreto, de los detalles que dan su personalidad física y tecnológica al habitáculo y que terminan influenciando en nuestra experiencia de conducción: la tapicería, el tacto del salpicadero, la gestión de la conducción y el infoentrenimiento a través de modos de conducción y pantallas con interfaces modernas, eficaces y seguras, la asistencia a la conducción, etc. En ese sentido, la propuesta de algunos SUV no cuaja porque venden un confort y una carga tecnológica que, a la hora de la verdad, no ha evolucionado con respecto a generaciones anteriores.

Este es otro de los motivos que explica el éxito del Hyundai TUCSON. El todocamino coreano ha sabido introducir de serie prestaciones muy valoradas. Son vistosas y con elegancia implícita, como sus pantallas de 4,2 pulgadas en el cuadro de instrumentos y central de 8 pulgadas y su integración con el diseño del salpicadero, el diseño de última generación de sus faros paramétricos; o tecnológicamente prácticas, como sus sistemas ADAS de asistencia a la conducción; las hay que apelan directamente al confort, en el caso de los materiales del volante o los asientos.

2) Disponibilidad y fechas de entrega

SUV en la montaña

La disponibilidad de coches nuevos se ha convertido en un desafío que las marcas arrastran desde el año pasado. La industria de la automoción acumula muchos meses en la que la falta de componentes, en especial electrónicos, ha afectado al último eslabón de la cadena de ventas: los concesionarios.

Aunque adquirir un coche es una decisión muy importante, que se ha de meditar con cautela, seleccionado qué prioridades buscamos, la paciencia de muchos que buscan y necesitan un nuevo vehículo se frustra cuando les hablan de una espera incierta de varios meses.

Dentro de esta vorágine, Hyundai se ha posicionado como uno de los fabricantes qué mejor está capeando esta tesitura gracias a su estrategia a nivel mundial. Sus concesionarios dan tiempos de espera muy inferiores a la media del mercado debido a que sus pedidos apenas cuentan con retrasos. De hecho, Hyundai es el fabricante con una media de espera menor en España. Según los datos que facilitan los fabricantes, poseen una espera media de 50,33 días. Casi la gran mayoría del resto de marcas duplican e, incluso, triplican ese lapso de tiempo.

3) Habitabilidad y espacio dignos de un SUV

Maletero Hyundai Tucson

Quizá la cuestión más corpórea y material. Más allá de las prestaciones comentadas, el espacio disponible en el habitáculo otorga una mensaje visual y directo para conductor y pasajeros. No podemos olvidar que el sentido originario del segmento fue permitir mayor espacio interior, moldeando (y extinguiendo) la estela familiar que en su día aportaron los monovolúmenes. Si nos fijamos en los C-SUV, el mercado nos enseña crossovers de diseños llamativos y con gran presencia.

Esa fachada cae por su propio peso al abrir el portón trasero y encontrar que casi no disponemos de espacio de almacenamiento en modelos que se mueven en torno a los 4.400 mm de longitud. Hay que tener en cuenta que apenas existen una veintena de C-SUV superan los 500 litros de maletero. El Hyundai TUCSON llega a los 620 litros.

Lo que resulta casi tan importante, los coreanos han logrado una integraciones con sus motorizaciones eléctricas que no castigan esta asignatura. Solo la variante híbrida enchufable del Hyundai TUCSON presenta una cifra más baja. Aún así, asciende hasta los 558 litros, lo que le mantiene por encima de las versiones térmicas de sus rivales.

4) Libertad para elegir tipo de motor

Motor de un SUV

En esencia, quizá sea la cualidad más importante. Y es que la posibilidad de elegir entre diferentes motorizaciones concilia las necesidades diarias de los conductores con el impulso hacia una movilidad más limpia. El modelo de electrificación inclusivo de Hyundai hace que modelos como el Hyundai TUSCON no se anclen o apuesten por una única tecnología (y etiqueta de la DGT). De esto adolecen algunas casas que llevan años encasilladas con sus motores y no ofrecen demasiadas alternativas.

El actual buque insignia presenta (casi) todas las opciones. Encontramos mecánicas térmicas de gasolina 1.6 TDGI (150 CV y 180 CV) y diésel 1.6 CRDI (115 CV) que pueden integrarse, como opción, con una implementación Mild Hybrid de 48V. Esta última le aporta 12 kW y una reducción de consumo del 7%.

Las versiones de combustión se complementan con una híbrida que combina la potencia del propulsor tetracilíndrico a otro eléctrico para llegar hasta los 230 CV y 265 Nm. El mercado está sonriendo al TUCSON, también en esta variante híbrida convencional (HEV). Acumula 7.831 unidades híbridas repartidas en 2022 de las más de 20.000 que lleva matriculadas el SUV.

El último miembro de esta familia en llegar ha sido la variante híbrida enchufable, que presenta 265 CV y 350 Nm de par motor, junto con una batería de polímero de litio 13,8 kWh que le proporciona una autonomía eléctrica de 62 kilómetros en ciclo de homologación WLTP.

Interior Hyundai Tucson

Esta faceta de motores multi-disciplinar del Hyundai TUCSON no es, a fecha de hoy, tan común en nuestro mercado. Es cierto que cada vez encontramos más todocaminos electrificados. Sin embargo, muchos de estos son producto de marcas que han abrazado la electrificación «a cualquier precio». Es decir, no han sido conscientes de las demandas del mercado. Han realizado sacrificios concretos, negando a los conductores la posibilidad de realizar una transición que se adapte a ellos; renunciando por viabilidad de su electrificación a mejores prestaciones; o montando mecánicas eléctricas no consolidadas.

Esto explica en buena medida el efecto superventas que están viviendo algunos SUV como el Hyundai TUCSON. Todo parece indicar que el momento dulce que vive tras el estreno de su cuarta generación se extenderá en el tiempo.