En la industria del automóvil (y en general, en cualquier industria), el diseño va mucho más allá de la simple estética. Ingenieros y diseñadores se enfrentan al reto de crear vehículos que no solo sean atractivos a la vista, sino que también cubran las expectativas de conductores con necesidades cada vez más complejas. Esto conlleva una serie de aspectos que van desde la funcionalidad y la usabilidad hasta la tecnología y la estructura.
Para ilustrarlo, vamos a tomar el ejemplo del nuevo Hyundai TUCSON 2024. El SUV compacto del fabricante coreano ha conocido este año un nuevo facelift que conserva todas las virtudes de la generación lanzada en 2020. Pero también que, gracias a la labor de diseño de sus ingenieros, mejora sustancialmente al que, recordemos, fue el coche más vendido en España de su categoría, logrando lo que parecía imposible: superarse a sí mismo.
La estética como herramienta para despertar la emocionalidad del conductor
Solo hay que echar un vistazo a los concesionarios para comprobar que, en cuestión de diseño estético de automóviles, se imponen las formas orgánicas, con líneas suaves y limpias, en la línea del diseño minimalista que tanto gusta actualmente en muchas disciplinas. Por su parte, la irrupción de la tecnología LED para los sistemas de iluminación ha permitido, además, firmas lumínicas más delgadas y personalizables, que ahora se integran más que nunca en las carrocerías.
Sin embargo, las nuevas tendencias han llevado a muchos fabricantes a apostar por claves de diseño muy similares. La formación de grandes grupos automotrices, que comparten plataformas modulares entre ellas, y la búsqueda de modelos globales que puedan venderse en mercados muy diferentes, les ha llevado a apostar por diseños versátiles pero también sin carácter propio, que además se parecen mucho entre ellos, incluso entre diferentes marcas.
Por eso, sorprende tanto la apuesta de fabricantes como Hyundai, que buscan la diferenciación como una forma de alimentar la pasión del conductor por su vehículo. Y un buen ejemplo es el nuevo Hyundai TUCSON, que se sitúa en la categoría C-SUV, tremendamente saturada de vehículos. Sigue las líneas del futurista diseño marcado en el Hyundai Vision T, aquel apasionante concept presentado en 2019, y que se caracterizaba por los bordes y ángulos geométricos. Pero el nuevo Hyundai TUCSON las desarrolla de forma más sofisticada y actual, consiguiendo una silueta más dinámica y afilada.
Continúa como gran punto de atención la enorme parrilla frontal, que se extiende de lado a lado y de arriba a abajo, y en el que siguen las luces paramétricas mimetizadas en la rejilla de ventilación. Eso sí, la trama paramétrica utilizada, que en la anterior versión eran triangulares, ahora son trapezoidales para ganar en complejidad y sofisticación. En la parte trasera seguimos encontrando el patrón paramétrico original, que conforman los ya inconfundibles faros dentados.
Usabilidad y funcionalidad: el verdadero propósito del diseño
Pero el diseño no solo responde al deleite estético de los compradores. Es más, esa es una función secundaria, aunque igualmente necesaria. Cada aspecto del diseño de un vehículo responde realmente a un propósito, tiene una función o cubre una necesidad. Las líneas angulosas y afiladas de la carrocería del Hyundai TUCSON no solo ofrecen una imagen más musculosa y deportiva, también mejoran la aerodinámica del vehículo, con el objetivo de reducir su consumo energético y aumentar su autonomía.
En el interior del SUV, que ha sido mejorado en profundidad, encontramos más ejemplos. El nuevo diseño fluido del salpicadero, con las infinitas líneas horizontales de un lado a otro, y que prescinde de la voluminosa consola central del modelo anterior, no solo resulta tremendamente elegante y sofisticado, también sirve para aumentar la sensación de amplitud en el habitáculo. El diseño de la bandeja portaobjetos abierta o la forma de fusionar la doble pantalla, contribuyen a esa sensación de limpieza visual tan necesaria a la hora de conducir.
El diseño también responde a un propósito de usabilidad, o lo que ahora llaman el user experience. Hyundai ha tomado una visión user-centric, es decir, con el conductor como paradigma central. Se ve reflejado en el diseño de elementos tan fundamentales como el volante, que en el nuevo TUCSON pasa de los cuatro a los tres radios y con una disposición más ergonómica de la botonera. También en el selector de marchas, que pasa de su antigua posición inferior a una palanca más accesible e intuitiva junto al volante.
Pero la función de usabilidad del diseño también se ve en elementos a priori más sencillos o de menor importancia como el reposabrazos central, donde la posición, inclinación y altura están calculados al milímetro para ofrecer la mayor comodidad posible. Otro ejemplo que demuestra que Hyundai va a contracorriente del mercado: ha dedicado al climatizador una botonera física, lo que resulta más cómodo e intuitivo al conductor pero también más costoso que integrarlo en la pantalla multimedia, tal como hacen la gran mayoría de fabricantes.
La tecnología, la herramienta del diseño para ir más allá
Como sabemos, los coches se han digitalizado enormemente, incorporando un sinfín de innovaciones tecnológicas que convierten al coche más en un enorme gadget que en una máquina mecánica. Pero incorporar tecnología solo cobra sentido cuando aporta un valor real en el usuario, y de eso se encarga precisamente el diseño: aplicar la tecnología para mejorar la experiencia de usuario.
Lo vemos claramente en los diferentes soportes multimedia que integra el nuevo Hyundai TUCSON. Tenemos un nuevo conjunto de dos pantallas, de 12,3 pulgadas cada una, dedicadas al cuadro de instrumentos y al control de sistemas respectivamente. Se encuentran perfectamente fusionadas, posicionadas y ligeramente curvadas para lograr una mejor visibilidad y no apartar la vista de la carretera. El sistema de sonido envolvente de KRELL y el de comandos de voz, completarían una experiencia de uso completamente inmersiva.
El diseño tecnológico del vehículo también se ve en pequeñas utilidades y funcionalidades que nos hacen la vida diaria un poco más fácil. Desde la llave digital, que nos permite abrir el coche con el smartphone o Apple Watch, hasta el portón trasero inteligente, pasando por los espejos retrovisores que se inclinan en marcha atrás, o el apreciadísimo monitor de visión de ángulo muerto.
En definitiva, el diseño adopta la tecnología para crear una experiencia de usuario más cómoda, eficiente y segura, impulsando la innovación en términos de movilidad eléctrica, conectividad avanzada, seguridad activa o conducción autónoma.
Las mecánicas eléctricas, determinantes en el diseño estructural del vehículo
Por supuesto, el diseño de un vehículo también abarca la forma de su estructura, la configuración de su plataforma y la disposición de sus elementos. Y más concretamente, la optimización de todos estos aspectos para que el interior del habitáculo sea más amplio y confortable.
Con la llegada de los vehículos electrificados, el diseño estructural de los vehículos se ha puesto en entredicho. Existe la falsa creencia de que este tipo de mecánicas limitan la optimización de la plataforma; y aunque es cierto que una batería de tracción ocupa un espacio considerable, a la postre un sistema de propulsión eléctrico ofrece una mayor flexibilidad a la hora de distribuir sus distintos elementos.
Evidentemente, todo depende del nivel de electrificación del vehículo. Y en esto, el nuevo Hyundai TUCSON ha planteado un importante reto: el C-SUV llega en hasta 6 mecánicas distintas, incluyendo las dos térmicas (gasolina y diésel) con sus respectivas versiones híbridas, la híbrida eléctrica y la híbrida enchufable. Y cada una con su configuración y tamaños de batería.
Hyundai lo ha resuelto utilizando su plataforma N3, diseñada específicamente para vehículos electrificados, y que resulta muy flexible a la hora de ubicar los componentes del sistema de propulsión. También lo logran con la disposición de la batería de tracción bajo el piso del vehículo, definitivamente la mejor opción, y con motores eléctricos más ligeros y compactos.
Con todo, Hyundai ha conseguido con el nuevo TUCSON (recordemos, un SUV compacto de 4,5 metros de largo) un habitáculo realmente amplio, donde las plazas traseras (también la central) resultan tremendamente espaciosas y confortables. El maletero, que ya en la versión híbrida enchufable ofrece una de las mayores capacidades de su segmento (558 litros), resulta enorme en las versiones térmicas (620 litros).
Como conclusión, podemos decir que el diseño de un automóvil implica un enfoque integral que considera los aspectos estéticos, funcionales, tecnológicos y estructurales. El diseño automotriz es una disciplina en constante evolución, donde emoción y técnica convergen para crear vehículos que no solo sean atractivos y emocionantes de conducir, como el nuevo Hyundai TUCSON, sino que también respondan a las necesidades y expectativas de los conductores actuales.